Enclavada entre la campiña Sevillana y las marismas del Guadalquivir, Utrera está declarada conjunto histórico-artístico.

En su rico conjunto monumental se entrecruzan iglesias, conventos, casas-palacios y plazas arboladas. Cabe destacar la Iglesia de Santa María, o en el Santuario de Ntra. Sra. de Consolación, importante centro de culto y peregrinación, junto a barrios como el de Santiago y Santa María.

Cuna de grandes figuras del flamenco y de una rica gastronomía superada por su excelente pastelería, reconocida por sus famosos mostachones.

Los primeros datos de Utrera con rigor histórico se encuentran a partir de la Reconquista cristiana. En 1253 Alfonso X lleva a cabo el repartimiento de las tierras conquistadas en la provincia de Sevilla. Los repobladores de la zona, entre los que se encontraba una importante comunidad judía, llevaron a cabo una serie de obras públicas creando la antigua villa origen de la ciudad que es hoy.

A lo largo de los siglos XIV, XV y XVI, la ciudad toma un papel destacado siendo un período de gran prosperidad como denotan las numerosas obras públicas acometidas en esa época. Desde principios del siglo XIX, Utrera experimentó un nuevo desarrollo industrial que se consagró con la obtención de la consideración de ciudad el 29 de marzo de 1877, durante el reinado de Alfonso XII.

Actualmente cuenta con 52.558 habitantes.