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La saeta en Caminos de Pasión: el quejío del sentir de un pueblo

La saeta en Caminos de Pasión: el quejío del sentir de un pueblo

La saeta en Caminos de Pasión: el quejío del sentir de un pueblo

La saeta o sagitta, flecha en latín, es uno de los sonidos más característicos de la Semana Santa en España, especialmente en Andalucía, sin olvidarnos de otros rincones como Murcia, Extremadura, Castilla La Mancha, Castilla y León o Ceuta, lugar este último que recoge la influencia andaluza. En Caminos de Pasión, cobra especial relevancia por ser cuna de grandes saeteros y albergar saetas autóctonas, además de las exaltaciones y los concursos que se celebran en nuestra ruta durante los días de Cuaresma, así como las escuelas existentes para el estudio de este cante en Utrera, Puente Genil, Cabra, Baena y Carmona.

La saeta es una manifestación fina y punzante que, desde la voz del cantaor (no necesariamente profesional), nos conmueve allá donde la escuchemos, bien sea de pie frente al paso o desde un balcón, inundando calles y rincones. El canto popular de la saeta transforma el rezo en quejío, plegaria y lamento profundo.

El origen de la actual saeta flamenca

Su origen no está del todo claro, aunque existen algunas teorías más extendidas que otras. Muchos expertos coinciden en destacar que la saeta procede originariamente del canto gregoriano, es decir, de los cantos litúrgicos de la Iglesia influenciados por los cantos primitivos cristianos, los almuedines y judeohebraico. Otros, apuntan que su origen contiene una raíz árabe, relacionado con las llamadas a la oración en las mezquitas andalusíes, complementado por salmodias sefardíes de los judíos por los cantos procesionales cristianos de los misioneros franciscanos de los siglos XVI y XVII. A inicios del siglo XIX, la saeta pasa a ser un canto popular y, a finales del mismo siglo, se fusiona con el flamenco dando lugar a la saeta flamenca que conocemos hoy en día, tomando como base la toná, la carcelera, el martinete y la debla, también denominados cantes sin guitarra. Posteriormente, evolucionará hasta la aparición de la saeta por seguiriyas.

La saeta en Andalucía discurre entre dos vertientes: la saeta sevillana y la saeta malagueña, de la que bebe también Córdoba. Al margen, se suma la saeta de Jerez, propia de los gitanos habitantes de esta tierra y que se conserva aún hoy en día con un estilo propio. En nuestros días, las saetas flamencas que se interpretan tienen cuatro o cinco versos de ocho sílabas y se canta, básicamente por estos estilos: por seguiriyas puras o con remate final por martinete, es la más popular; por carceleras, que suelen cantarse a las vírgenes por ser muy melodiosas; y por martinete puro o por toná pura, estas últimas menos comunes. Además, por todo el territorio español se conservan infinidad de saetas antiguas autóctonas bajo el nombre del municipio donde nacieron o del cantaor o cantaora que las popularizó.

Estilos de saetas antiguas que se mantienen en Caminos de Pasión

En este punto destacamos varios municipios de Caminos de Pasión que conservan esa autenticidad, como son las saetas antiguas de Puente Genil, Lucena, Cabra, Baena y Utrera.

La saeta cuartelera de Puente Genil es, sin duda, una de las más conocidas y, quizás, la modalidad de saeta antigua más evolucionada. Procede de los cantos recitativos difundidos por las congregaciones franciscanas que han existido en el municipio y que sabemos ya se interpretaba a finales del siglo XIX por el cantaor local El Seco, quien dejó una grabación en 1880. Se trata de una saeta dialogada que, en la actualidad, se interpretan los Sábados de Romanos y en los propios Cuarteles de Semana Santa, lugares de hermandad de las corporaciones bíblicas del municipio.

En el caso de Lucena, aún se conservan las saetas de Alcantarilla, de Perrilleja y la saeta de santería o borrachuna. Estas últimas se interpretan en las juntas de santería (reuniones de las cuadrillas encargadas de procesionar un paso concreto y que se suceden durante todo el año, especialmente en Cuaresma) y surgen de manera espontánea, cantándose unos santeros a otros con un argumento que surge en el mismo momento de su interpretación. Por su parte, las saetas de Alcantarilla y Perrilleja son una evolución de las saetas de santería.

Por su parte, en Cabra se ha recuperado durante los últimos años un estilo de saeta antigua prácticamente desaparecido. La saeta antigua de Cabra tiene tres variantes: la Saeta de Petaca y Vega, la Saeta de doña Concha Cabello y Saeta de José Barraco. Se trata de un canto ancestral por excelencia, religioso y popular, lleno de pasión y sentimiento.

Por último, destacamos también las saetas antiguas de Baena, que podemos escuchar en los misereres que se celebran en el municipio cada Viernes de Cuaresma, y las de Utrera, donde encontramos la Saeta de las Monjas de las Claras, de peculiar dulzura en su manera de sentirla, interpretarla y de hacerla sentir a la población. En relación con la saeta, la madrugá gitana de Utrera es muy conocida, momento en el que los gitanos del municipio le cantan a sus titulares: el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza.

Grandes citas anuales en torno a la saeta

En nuestro repaso por la saeta en Caminos de Pasión, no debemos olvidar las grandes citas que, en torno a este cante, se celebran anualmente en nuestros municipios, como la Exaltación de la Saeta de Carmona, que en 2023 cumple su vigésimo segunda edición; la Exaltación de la Saeta de Lucena; el Concurso de Saetas de Carmen Torres de Osuna; la Exaltación de la Saeta que anualmente organiza la Peña Flamenca Fuente del Rey de Priego de Córdoba; y la Exaltación de la Saeta Cuartelera de Puente Genil, donde también el Aula Flamenca Fosforito organiza algunas actividades y conferencias en torno a este cante. Destacar también las escuelas de saetas que existen en los municipios de nuestra ruta, como la Escuela de la Saeta de Utrera; la Escuela de la Saeta ‘Paco Moya’ de Carmona, cuyo nombre recuerda al gran cantaor local muy conocido, especialmente, por sus tradicionales saetas a los titulares de la Hermandad del Silencio; la Escuela de Saetas de Puente Genil; la Escuela de Saetas de Baena; y la recién creada Escuela de Saetas de Cabra.

Grandes cantaores de saetas en Caminos de Pasión

No podemos terminar este artículo sin mencionar a algunos de los cantaores y de las cantaoras más reconocidos en la interpretación de la saeta y autóctonos de nuestros municipios, algunos ya fallecidos pero merecedores de ser recordados:

  • Cabra: Julián Córdoba, Curro de la Rosa, Jose Cobos (El niño de la fuente de las Piedras), Maruja Gallardo, Tomás Pavón Rubio, Manuel Lama (Paleto), José Barranco Gutiérrez, José María Barranco Zúñiga, David Barranco Pérez o Mari Pepa Delgado, algunos ya fallecidos.
  • Baena: Emilio Rosales, Eduardo Tarifa, Encarnación Barba, Gema de la Torre Aguilera o Inmaculada Triguero.
  • Carmona: el reconocido y fallecido Paco Moya, Laura Rodríguez, Encarni Belloso, Perole, Manuel Delia, Manuel Gómez Castañeda (Chapí), Daniel Núñez Rosendo, Manuel Gómez León, Teresa León o María de Gracia Cintado.
  • Écija: Eloy Gómez Morilla, Manuel Gómez Torres ‘El Ecijano’ o Jesús Heredia.
  • Lucena: Antonio Nieto Fernández, Francisco David Ávila Hurtado (David Ávila), Araceli Campillos, Felipe García Aroca (El Tabarro), Francisco de Paula Luna Navarro (Curro Lucena), Jesús Reyes, Joaquín Mata (El Mata), Jesús Pineda González (Tete Pineda), Felipe Jesús Fernández Jiménez (Felipe Fernández), Rafael (El Moro), Juanmi Calvillo o los fallecidos La Kika, Alcantarilla y Perrilleja.
  • Osuna: Cuna de grandes cantaores como Manuel Cuevas, Evaristo Cuevas o Manuel Cuevas hijo, a los que se suman María José García, Manuel Montero Ballesteros, Manuel Santillana, Manuel García «El mellizo», Manuel Yerbes Castañeda.
  • Priego de Córdoba: Rafael Berlanga, Morales, La niña de las Lagunillas, Francisco Matas (El Jardinero), Antonio Carrillo, Ramón Valdivia o Belén Serrano.
  • Puente Genil: cuna también de grandes cantaores como el fallecido Antonio Fernández Díaz (Fosforito), los actuales Julián Estrada, Jorge Vílchez, Rufino Rivas, Paco Lavado o David Pino, a los que se suman Pedro Sillero, Rafael Rivas, Rafael Salas o Antonio Martín.
  • Utrera: Rosa Burgos, Salvador Mulero, Niño Jurío, Antonio Escot, Ana Consolación García Segovia, Manuel Durán o Rosa Marín, a los que se suma los alumnos de la Escuela de Saetas Rosa Mulero, Sofía Fernández Cabeza, José Sandoval, Carmen Gonzalez, Dolores Hurtado, Carmen Bocanegra, Enrique Yerpes, Fernando Romero o Antonio Manuel Fuentes, entre otros.

Terminamos recordando las palabras que, en torno a la saeta, nos dejaron los hermanos Álvarez Quintero nos dejaron el verso:

Es la saeta canción

que hasta el cielo se levanta.

Un grito del corazón que,

al pasar por la garganta,

se convierte en oración.