Durante una semana al año, se celebran con fervor en España, y en diversos lugares a lo largo de la geografía europea y de América Latina, la recreación de la pasión y muerte de Cristo. En Andalucía es especialmente singular esta tradición que, con siglos de historia, se trata de una de las expresiones sociales, culturales, artísticas y religiosas más importantes.
En la ruta Caminos de Pasión también se refleja la singularidad de los ritos de sus municipios, en la que participa gran parte de la población dando lugar a manifestaciones que presentan características propias en cada lugar. Los municipios de esta ruta conservan, de manera única, el tesoro de la riqueza artística de sus imágenes procesionales y la calidad de sus composiciones musicales, festejando sus costumbres más arraigadas y conservando tradiciones con siglos de historia.
JUEVES Y VIERNES SANTO
El Jueves Santo y el Viernes Santo son, sin lugar a duda, los principales días de la Semana Santa. Destaca especialmente la ‘madrugá’, la noche más especial de la Semana Santa en la que se suceden procesiones y prácticamente no existe tiempo para el descanso para los amantes de esta tradición. El Nazareno es la figura central del Viernes Santo que cuenta con gran devoción y fervor en la ruta Caminos de Pasión. La masiva presencia de devotos pone de manifiesto que el pueblo considera al Nazareno como algo propio, siendo sus ermitas, iglesias o santuarios, en muchos casos, el centro de la vida religiosa. El conglomerado humano que reúne el Nazareno en su procesión de este día es la máxima expresión de fervor y devoción popular de la Semana Santa.
EL CORTEJO
En la ruta Caminos de Pasión se pueden observar distintos tipos de cortejos. De un lado, predomina la solemnidad, con hermanos acompañando con su vela al paso del Cristo o la Virgen, acólitos, mujeres con mantillas, penitentes y los propios encargados de portar los pasos, la cruz de guía, estandartes e insignias de la Hermandad, desfilando todos ellos con estrictos protocolos. Este cortejo se acompaña del aroma del incienso que anuncia la llegada del paso y cuyo olor es, junto a la fragancia de la cera fundida, seña de identidad de esta tradición. De otro lado, como elemento de gran singularidad dentro de la provincia de Córdoba y Jaén, encontramos la presencia de las figuras bíblicas o pasos mímicos que, originarios de las escenificaciones bíblicas, repesentan en vivo la vida, pasión y muerte de Cristo, formando también parte del cortejo alcanzando un gran protagonismo en algunos casos y creando formas de procesionan completamente singulares.
LOS PASOS PROCESIONALES
Los pasos y tronos sobre los que desfilan las imágenes durante la Semana Santa son verdaderas obras de arte. Bañados en oro o plata, o simplemente en madera, son una muestra de la riqueza patrimonial que atesoran las hermandades, fruto del trabajo de tallistas y orfebres. Se acompañan de exuberantes adornos florales naturales, seleccionado en función del momento que representa el paso o el trono. Principalmente, las flores que más se utilizan para enaltecer las figuras de Cristo y la Virgen suelen ser claveles, lirios, orquídeas o gladiolos. Van ubicadas sobre ánforas o jarras de plata.
También la cera es protagonista, aportando luz a las imágenes sobre el trono. Se ubica principalmente en las esquinas en el interior de unas tulipas, en el caso del Cristo, y en la parte delantera en el caso de la Virgen, sobre unos pedestales denominados candelería que se posicionan de manera escalonada. También se emplean adornos como las flores de cera o velas rizadas, elaboradas artesanalmente. De especial mención son los techos de palio y bambalinas que cubren a las vírgenes. Habitualmente suele ser del mismo color que la saya y el manto de la Virgen. Su composición puede ser desde un tejido liso hasta majestuosos terciopelos bordados en oro y con pedrería, un trabajo realizado en los talleres de bordado. Este tejido se ubica en el trono sobre piezas cilíndricas de metal cincelado dorado o plateado que son las que lo sostienen, denominadas varales. Se acompaña de una crestería rematando la parte superior.
HERMANDADES Y COFRADÍAS COMO COMUNIDADES PORTADORAS
Las cofradías y hermandades son una unión de personas que, bajo la advocación de algún Cristo, Virgen o Santo, trabajan durante todo el año en la organización y preparación de cultos, conservación del patrimonio religioso, actividades de caridad para ayudar a los más desfavorecidos o difusión de la tradición de la Semana Santa, entre otros muchos fines. Desde jóvenes hasta mayores, sin duda se alzan como pieza clave para la continuidad de esta tradición, papel destacado para su impulso, conservación y difusión al mundo. Parte de ellas cuentan con Casas Hermandad, espacio en el que los hermanos celebran sus encuentros durante todo el año y que, en algunos casos, se abren al público como pequeños museos que muestran los enseres y patrimonio que atesoran.
LA MÚSICA
El acompañamiento musical de los cortejos está compuesto por bandas de cornetas y tambores, agrupaciones musicales y, en menor grado, capillas musicales. Importante mención merece también la proliferación artística en la composición de marchas procesionales, muy extendida en las últimas décadas. Además, son varios los instrumentos propios que conservan, desde antaño, algunos de los municipios de Caminos de Pasión y que, durante los días de Semana Santa, se convierten en verdaderos protagonistas de los sones de pasión. Nos referimos a sonidos únicos que atesoran siglos de historia y que hacen destacar la singularidad de estas celebraciones.
Los tambores de Baena despliegan sus sonidos desde hace siglos, además de ser una tradición muy arraigada a la localidad valorada como un bien de integración cultural de las comunidades y, desde 2018, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. También el tambor es un elemento singular en la Semana Santa de Lucena cuyo sonido cobra especial relevancia ya que no solo acompaña a los pasos procesionales, sino que marca el paso a los santeros y es indispensable para acompasar el movimiento de cada uno de los tronos. Además, en Lucena se suma al tambor otro elemento también absolutamente original: el torralbo, corneta sin pistón que acompaña a ciertos pasos anunciando la llegada de la procesión en cuestión.
Por su parte, el toque de campana de Utrera ha sido recientemente nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo así una tradición que persiste en la localidad desde hace alrededor de cinco siglos. En Priego de Córdoba, al amanecer del Viernes Santo, un pequeño grupo compuesto por el Pestíñez y el Bacalao recorren las calles del municipio anunciando con sus sonidos el gran día que está por venir, un rito del que se tiene constancia, al menos, desde 1602.
Entre el patrimonio sonoro de la Semana Santa de Cabra, destaca el añafil o abejorro. Se trata de un tipo de trompeta recta y alargada que se usa para indicar que se levanta el paso y se reanuda la marcha. También se toca el añafil al término de una saeta. Por su parte, en Puente Genil destaca la interpretación de la Diana cada madrugada del Viernes Santo. Se trata de una obra musical interpretada por el Imperio Romano y cuyo origen se remonta al 26 de marzo de 1869, compuesta por el maestro Medina.
Por su parte, en la Semana Santa de Alcalá la Real encontramos las trompetas de hojalata que utiliza el la Hermandad del Ecce-Homo y del Señor en la Columna. También es importante resaltar, como sonido característico de la Semana Santa en Caminos de Pasión, la interpretación del Miserere y Perdón.
LA SAETA
La saeta es uno de los sonidos más característicos de la Semana Santa en España, especialmente en Andalucía. En Caminos de Pasión cobra especial relevancia por ser cuna de grandes saeteros y albergar saetas autóctonas, además de las exaltaciones y los concursos que se celebran en nuestra ruta durante los días de Cuaresma, así como las escuelas existentes para el estudio de este cante en Utrera, Puente Genil, Cabra, Baena y Carmona. Como saetas antiguas y autóctonas, destacamos la saeta cuartelera de Puente Genil; las saetas de Alcantarilla, de Perrilleja y la saeta de santería en Lucena; la saeta antigua de Cabra con sus variantes la Saeta de Petaca y Vega, la Saeta de doña Concha Cabello y Saeta de José Barraco; las saetas antiguas de Baena; y las de Utrera, donde encontramos la Saeta de las Monjas de las Claras. En relación con la saeta, la madrugá gitana de Utrera es muy conocida, momento en el que los gitanos del municipio cantan a sus titulares: el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza.
Si quieres conocer en mayor profundidad las singularidades de esta tradición en los municipios de Caminos de Pasión, te invitamos a descubrirlas en este enlace.
Foto cabecera: Semana Santa de Puente Genil