¿A qué suena la Semana Santa en Caminos de Pasión? ¿Qué elementos diferenciadores existen respecto a otros lugares? ¿Qué tradiciones musicales se conservan de antaño? Los municipios que integran nuestra ruta cultural atesoran un rico patrimonio musical relacionado con las celebraciones de la Semana Santa.
Son varios los instrumentos propios que conservan, desde antaño, algunos de los municipios de Caminos de Pasión y que, durante los días de Semana Santa, se convierten en verdaderos protagonistas de los sones de pasión. Nos referimos a sonidos únicos que atesoran siglos de historia y que hacen destacar la singularidad de estas celebraciones.
El tambor de Baena: Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco
Si hay un sonido que se pueda identificar como primordial en la Semana Santa de Baena ese es el que sale de sus tambores. Los roncos y los chillones, como popularmente se les conoce, alternan su percusión por las calles de este municipio cordobés, que ve en el tambor algo más que un instrumento musical. Los tambores de Baena despliegan sus sonidos desde hace siglos, además de ser una tradición muy arraigada a la localidad valorada como un bien de integración cultural de las comunidades y, desde 2018, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.
El tambor de chillones es un tambor artesanal compuesto por fondo de metal, aros de madera, cordel de cáñamo, parches o pellejos de piel de cabra, chillones o bordones de tripa y baquetas de madera. Para colgarse el tambor se utiliza el tahalí, una pieza de cuero tipo cinturón. Los Judíos Coliblancos y Los Judíos Colinegros llevan el tambor artesanal de chillones, siendo su voz durante la Semana Santa de Baena. Existen varios toques: el de calle, de procesión y el redoble. Por su parte, el tambor ronco es propio de algunas hermandades cuya uniformidad es la túnica y el cíngulo, utilizando mayoritariamente el característico gorro de petaca de la Semana Santa Baenense e igualmente en algún que otro caso el capiruz. Estos tambores son de menor tamaño y golpeados con baquetas de mayor grosor por lo que sus pellejos son más gruesos y generalmente de piel de vaca. Este conjunto de hermandades recibe genéricamente el nombre de hermandades de tambores roncos.
El tambor y el torralbo de Lucena: indispensables marcando el ritmo de la procesión
También el tambor es un elemento singular en la Semana Santa de Lucena cuyo sonido cobra especial relevancia ya que no solo acompaña a los pasos procesionales, sino que marca el paso a los santeros y es indispensable para acompasar el movimiento de cada uno de los tronos. El toque del tambor se diferencia, en el ritmo y número de palillazos, en función del tipo de paso: Vírgenes de palio, crucificados, nazarenos y pasos de misterio, o Santo Entierro. El tambor de Lucena acompañan no solo a los pasos procesionales, sino que podemos escucharlo en los traslados de las cuadrillas a la iglesia y de regreso, durante las celebraciones de las Juntas de Santeros, en la llamada de Hermanos de la Madrugá del Viernes Santo lucentino previo a la salida de Jesús Nazareno, en la celebración del Miserere a Jesús Nazareno cada Viernes de Cuaresma y en la Celebración del Besapié de la misma Archicofradía el Domingo de Pasión. Además, en Lucena se suma al tambor otro elemento también absolutamente original: el torralbo, corneta sin pistón que acompaña a ciertos pasos anunciando la llegada de la procesión en cuestión.
De otro lado, también existe en Lucena un nutrido grupo de tambores enlutados o roncos, cubiertos con una tela negra, pertenecientes a la Cofradía del Santísimo Cristo del Silencio, cuya estación penitencial tiene lugar cada Miércoles Santo. De influencias castellanas, este desfile procesional está acompañado por numerosos hermanos de tambores enlutados a cuyo sonido se suma una trompeta con una espectacular interpretación del característico ‘toque de silencio’, de origen militar que podemos escuchar en los momentos más emotivos y significativos del itinerario.
El toque de Matraca de los campaneros de Utrera: el anuncio de la muerte de Cristo
El toque de campana de Utrera ha sido recientemente nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo así una tradición que persiste en la localidad desde hace alrededor de cinco siglos. Durante la Semana Santa de Utrera, existe un toque distintito que interpretan cada año los miembros de la Asociación de Campaneros de Utrera el Jueves y Viernes Santo una vez terminan los Santos Oficios, en tres toques con un intervalo de media hora. Se trata del Toque de Matraca, ejecutado por cuatro martillos, que recrea el sonido del terremoto del momento en que Cristo muere, aunque otras teorías apuntan a que asemeja el sonido de la llegada de los romanos con sus imponentes zapatazos o el propio duelo por la muerte de Cristo. La matraca siempre se ubica en el punto más alto del campanario, superando en altura a las campanas de la Parroquia de Santa María, y tiene forma de cruz
El pestíñez y el bacalao en Priego de Córdoba: anunciando la llegada del Nazareno desde el siglo XVII
Al amanecer del Viernes Santo un pequeño grupo compuesto por el Pestíñez y el Bacalao recorren las calles de Priego de Córdoba anunciando con sus sonidos el gran día que está por venir, un rito del que se tiene constancia, al menos, desde 1602. El Pestíñez viste con casaca albero, pantalón tobillero, botas altas y celada sin plumas, y se encarga de llevar el ritmo con el tambor. El Bacalao, por su parte, también se reviste de forma parecida y tañe su trompeta con gran estruendo.
El añafil de Cabra: del siglo X hasta nuestros días
Entre el patrimonio sonoro de la Semana Santa de Cabra, destaca el añafil o abejorro. Se trata de un tipo de trompeta recta y alargada que se usa para indicar que se levanta el paso y se reanuda la marcha. También se toca el añafil al término de una saeta. El añafil es un aerófono formado por un tubo recto de metal que se ensancha desde la embocadura hasta la salida del aire, con lo que se consigue una adecuada resonancia. Su sonido se produce mediante la vibración de los labios del intérprete en la parte denominada boquilla, pieza con forma de pequeño embudo, como sucede en la trompeta.
En España está documentado desde el siglo X, importado de tierras musulmanas, y se utilizaba como instrumento de guerra junto con atabales y otros instrumentos de percusión. A partir de la Baja Edad Media comenzaría el añafil a perder su carácter de instrumento bélico para convertirse en mensajero y protocolario, si bien mantuvo su fisonomía de la heráldica pinjante, ahora ya con carácter cortesano. Los añafiles llevan la túnica de la hermandad donde interpretan su toque y, normalmente, se sitúan delante del paso. Existe una asociación cultural en Cabra que vela por su conservación y difusión. Destacar también, como sonido característico de la Semana Santa de Cabra, el toque de tambor denominado rompevelos que se lleva a cabo cada madrugada del Viernes Santo.
Toque de diana en Puente Genil: el sonido del amanecer del Viernes Santo
A las seis y media de la madrugada del Viernes Santo de Puente Genil, el muñidor de Jesús Nazareno recorre las calles pontanas hasta el cuartel del Imperio Romano. Al alba, la soldadesca romana marcha en busca del Terrible, como se conoce al patrón de Puente Genil, que asoma por la puerta de su ermita ante las imágenes del Cristo de la Misericordia junto a la Virgen del Mayor Dolor, San Juan y la Magdalena. Un profundo silencio recorre la explanada del Calvario hasta que suenan las notas de la Diana. Se trata de una obra musical interpretada por el Imperio Romano y cuyo origen se remonta al 26 de marzo de 1869, compuesta por el maestro Medina. No obstante, desde 1707, ya hay constancia de un toque de diana en esta localidad, diferente al actual, y que se producía por el toque de una corneta, aunque la melodía se desconoce en la actualidad.
Por último, en la Semana Santa de Alcalá la Real encontramos las trompetas de hojalata que utiliza el la Hermandad del Ecce-Homo y del Señor en la Columna. También es importante resaltar, como sonido característico de la Semana Santa en Caminos de Pasión, la interpretación del Miserere y Perdón que tienen gran protagonismo, especialmente, en Baena (todos los Viernes de Cuaresma por parte de la turba de judíos colinegros), en Puente Genil (durante los Sábados de Romanos, que se celebran todos los sábados de Cuaresma) y en Lucena (el Miserere a Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Miserere al Santísimo Cristo de la Sangre y el Miserere Mei Deus de Gregario Allegri a Nuestro Padre Jesús Caído, recreando el ambiente primitivo del siglo XVII).
A todos estos sonidos, autóctonos y ancestrales en los municipios de Caminos de Pasión, hay que sumar los tradicionales sones de las bandas de cornetas y tambores o las agrupaciones musicales, así como la saeta, ambos temas que trataremos en posteriores entradas a nuestro blog durante esta Cuaresma de 2023.
Imagen de cabecera: Tambor de Baena.