LA SEMANA SANTA DE OSUNA. ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE
La localización tan especial de Osuna, a medio camino de Sevilla y Granada, ha marcado la génesis y el desarrollo de su Semana Santa. De modo que la fiesta, como se entiende en la actualidad, es resultado de un cúmulo de circunstancias que se apegan, según la ocasión, más al occidente o al oriente andaluz. Por ello, no es extraño que hoy, por ejemplo, haya corporaciones que utilicen en sus recorridos el estilo ursaonés, con los hombros desde el interior del paso, y otras que lo hagan con el costal, como es propio de Sevilla.
La Pasión ursaonense comienza en Cuaresma con los actos cultuales, pregones y concursos de saetas. Tras estos cuarenta días, la semana se desarrolla alrededor de procesiones penitenciales diarias que tienen en común su paso por la carrera oficial y el particular deambular de sus parihuelas, a hombros, por las estrechas y llamativas calles. Éstas dan comienzo, tras las procesiones de palma, con el Dulce Nombre, en la que los niños vestidos de nazarenos con cera, ramas de olivos y palmas acompañan al Niño Perdido, a Jesús entrando en Jerusalén y a la Virgen de los Desamparados. Ya el Lunes, el Cristo de la Humildad, de papelón, es conducido en un particular vía crucis desde San Pedro hasta el Carmen. El día siguiente pueden contemplarse los tres pasos de la Vera-Cruz, la más antigua de las que lo hacen en la actualidad. A mitad de la semana, con el sobrecogimiento del silencio, entre los palacios de la villa se puede contemplar la imagen del Cristo de la Misericordia en su escarpado recorrido. Y el Jueves, coexisten dos corporaciones, Jesús Caído y la Humildad y Paciencia, la primera desde la Colegiata y la segunda desde los carmelitas.
Sin duda, el Viernes es el día más concurrido. Al alba, Jesús Nazareno acompañado por multitud de penitentes, muchos de ellos ursaonenses emigrantes siguiendo “la manda”, inicia su recorrido penitencial. Tras él, parte la dolorosa de la Orden Servita, encontrándose sobre la explanada de la Colegiata donde, después de un receso, inician su regreso al templo. La tarde, sin embargo, es un momento de contrastes que se imponen por el estruendo del sonido de los tambores de la Pax y la quietud de la capilla musical y coral de las Angustias. Todo concluye el Sábado cuando, antes de la Resurrección, Osuna ve concurrir por sus calles la urna de Cristo difunto, la Canina triunfante y el palio de la Soledad.
Franciscanos
Como en la mayoría de las localidades sevillanas, las procesiones penitenciales dan comienzo a mediados del siglo XVI y alrededor de la orden franciscana masculina, religiosos mendicantes de gran sentido catequético y didáctico, siendo las primeras corporaciones la Veracruz (1545) y la del Cristo de la Sangre, ambas fundadas en el convento de San Francisco.
Hermandades con historia
Más allá de estas dos corporaciones, muchas de las hermandades ursaonenses tienen un largo recorrido: las Angustias (1580), Jesús Nazareno (1635), Dulce Nombre (1640), Humildad (1720), Dolores (1730), Jesús Caído (1705), Misericordia (1623), Santo Entierro y la Paz.
Curiosas estampas
En Osuna, se mantienen dos pasos alegóricos que aluden a la Resurrección y a la muerte, respectivamente. Se trata del Niño Jesús Perdido que alude a la iconografía de Cristo entre los doctores del templo de Jerusalén y que, triunfante con el mundo en su mano y bendiciendo, procesiona el Domingo de Ramos.
Por otro lado, destaca la alegoría del Triunfo de la Santa Cruz, conocida como la Canina, en la que un esqueleto sentado sobre el mundo con una guadaña en su mano medita pensativo ante el triunfo de la Cruz de Cristo por quien ha sido vencido.
Estilo ursaonense
Muchas de las corporaciones de la villa ducal mantienen un estilo propio a la hora de portar los misterios y palios. Se trata del estilo ursaonense, usado antiguamente en otras poblaciones de la comarca, que consiste en transportar las parihuelas mediante los hombros, estando los travesaños dispuestos paralelos a los laterales.
Las siete Palabras de Cristo
Cada Cuaresma, la Hermandad de la Vera-Cruz organiza en su templo, desde hace más de cincuenta años, el pregón de las Siete Palabras. Del mismo modo, bajo su dirección y desde hace veinticinco ocasiones, convoca el prestigioso concurso de saetas “Carmen Torres”, siendo dos de los eventos más intensos previos a la Semana Santa ursaonense.
Maestros
Osuna no sólo procesiona pasión sino también un gran patrimonio. Entre las imágenes procesionales, se encuentran tallas góticas (Cristo de la Vera-Cruz) y barrocas de las mejores gubias sevillanas y granadinas, como Juan de Mesa (Cristo de la Misericordia), José de Mora (Virgen de los Dolores, Servitas), Luisa Roldán (Jesús Nazareno) o Vicente de Tena.