LA SEMANA SANTA DE CABRA, TRADICIÓN VIVA

Cabra es, por derecho y tradición, ciudad de Semana Santa durante todo el año. Y es que esta manifestación hunde sus raíces en los últimos años del siglo XV. Caracterizada por el importante número de pasos que procesionan durante todos los días por sus calles, contando con veintiocho hermandades de Pasión y un innumerable elenco de particularidades que la enriquecen. Así, mantiene viva toda su simbología, como los judíos y cristianos, el sonido de los tambores, los añafiles o abejorros, o el toque de rompevelos de la madrugada del Viernes. Un importante acervo etnológico que no desmejora el interés artístico de su patrimonio, donde tienen cabida los mejores imagineros de los siglos XVII y XVIII. Por ello, cualquier día de la Semana es bueno para acercarse a Cabra a disfrutar de la fiesta.

Comenzando por la mañana del Domingo, dedicada a los niños que, vestidos de hebreos, acompañan a la Pollinita. Y por la tarde, a los mayores con el Huerto, el Lavatorio y la Misericordia. Al día siguiente, se pueden contemplar el Calvario y la Sangre, llamada de los Tambores Enlutados. El Martes puede contemplarse la Sentencia y la Paz, con el recorrido más largo de la Semana. El Miércoles pertenece a las cofradías de Necesidades y el Buen Fin o los Estudiantes. Y, en la madrugada, se puede ver la Expiración.

Ya el Jueves aparece la Piedad y, a la noche, Jesús Preso, conocido como Señor de las Multitudes, portado por los judíos. También procesionan la Columna y Caridad, la Esperanza, y los Remedios, la más antigua del municipio. Las calles muestran el más profundo respeto cuando reciben al Silencio y a la Humildad y Paciencia. Pero es la jornada del Viernes la que guarda más curiosidades para el visitante en los cortejos de Jesús Nazareno, Rocío de Pasión y el Mayor Dolor, por la mañana, y del Descendimiento, las Angustias, Dolores y el Sepulcro, con su Centuria Romana, por la tarde. En la madrugada, se puede contemplar al Perdón y, al albor del Sábado, la Soledad, que deja paso por la tarde al Socorro. La Semana Santa finaliza con la procesión de Jesús Resucitado, que organiza la Agrupación de Cofradías.

Bordados

El oro aplicado a los paños simboliza la divinidad de la escena que se está presenciando. Cabra conserva una buena colección de estas piezas que van desde el periodo barroco hasta la actualidad. Destacan la túnica con cola de cigarrón de Jesús Nazareno, ricamente bordada con motivos vegetales y hojarascas en oro fino y plata, y el manto de la Virgen de los Remedios, ambos dieciochescos. Así como los mantos de la Soledad y las Angustias pertenecientes a la siguiente centuria. Esta costumbre se ha seguido manteniendo a lo largo del siglo XX para la confección de ajuares y palios.

Música

Añafiles o abejorros: Algunos desfiles se acompañan del sonido de los añafiles o abejoros, es decir, conjuntos de trompetas que con su bronco sonido anuncian la llegada de una imagen santa. Su toque es monótono, solemne y lúgubre.

Rompevelos: El toque de tambor denominado rompevelos se lleva a cabo cada madrugada del Viernes Santo. Su nombre deriva del propio Evangelio, donde se dispone que en el momento de la muerte de Cristo el cielo se nubló y el velo que cubría el templo de Salomón se rasgó en dos. Elemento simbólico que marca el inicio de la nueva Iglesia y su ruptura con el pasado.

Saeta de Cabra: Por su singular toná y sus devotas letras está considerada una de las más arcaicas de las que se entonan en Andalucía.

Imaginería

La fiesta egabrense no solo destaca por su religiosidad sino por el alto nivel patrimonial que custodian sus cofradías. Entre los creadores de las imágenes de devoción se encuentran manos de los más importantes maestros de las escuelas oriental y occidental andaluza. Obras de bulto, de vestir, exentas o conjuntos que responden a las trazas de José de Mora, Pedro de Mena, Francisco Salzillo, Pablo de Rojas e incluso al círculo de Martínez Montañés.

Judíos

La Semana Santa de Cabra conserva algunos elementos de cariz antropológico que remiten a la fiesta vivida en el periodo barroco. Buena muestra de ello son las tradiciones que mantiene la Archicofradía de Jesús Preso entre las que destaca su modo de portar el paso, realizándolo sobre los hombros y no con el costal. Igualmente, son interesantes sus portadores que se denominan judíos, ya que el procesionado es su rey.

Dulces cuaresmales

Durante la Cuaresma y la Semana Santa, en las casas egabrenses se confeccionan los tradicionales postres de tiempos de ayuno. En la mesa podemos encontrar, además de los pestiños y magdalenas propios de la estación del año, los particulares gajorros realizados con harina, huevo, aceite de oliva y azúcar que hacen las delicias de todo el que los prueba.